Libertad y Progreso

«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres». Miguel de Cervantes. El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. 1605.

El derecho a disfrutar de la libertad es inalienable… Todos los hombres tienen derecho a su propio cuerpo —a los productos de su propio trabajo—, a la protección de la ley… Todas las leyes actualmente en vigor que admiten la esclavitud son, por tanto, ante Dios, absolutamente malas e inválidas… y deben ser derogadas sin dilación.” William Lloyd Garrison. Declaración de Sentimientos de la Convención Americana contra la esclavitud, 1833.

Veo la libertad del individuo no solo como un gran bien moral en sí mismo (o, como Lord Acton, como el mayor bien político), sino también como la condición necesaria para el florecimiento de todos los demás bienes que la humanidad aprecia: moral virtud, civilización, artes y ciencias, prosperidad económica. De la libertad, entonces, surgen las glorias de la vida civilizada“. Murray Rothbard. Conceived in Liberty Quotes.

“Un mundo en el que los hombres sean libres e iguales sería el paraíso en la Tierra. Un mundo así es difícil de lograr; y obligados a escoger, debemos poner la libertad por encima de la igualdad. Porque la ausencia de libertad conduce a la más desastrosa de las desigualdades e injusticias: el despotismo. Pero la desigualdad no conduce necesariamente a la ausencia de libertad”. Karl Popper.

La libertad (en latín: libertas, -ātis) en sentido amplio es la capacidad humana de obrar según la propia voluntad.

Según las acepciones 1, 2, 3 y 4 de este término en el diccionario de la Real Academia Española, el estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impuesto al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite a alguien decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos en la medida en que comprenda las consecuencias de ellos.

La quinta acepción del término define la libertad en los Estados democráticos como «derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.».

El Glosario de filosofía define la libertad como “Capacidad de obrar sin impedimentos, de autodeterminarse, lo que supone la posibilidad de elegir tanto los fines como los medios que se consideren adecuados para alcanzar dichos fines.

En la medida en que podemos aplicar el término a distintas facetas de la realidad podemos hablar de distintos tipos de libertad: moral, jurídica, política, religiosa, de pensamiento, etc.”

En la tradición anglosajona existen dos términos para libertad. Liberty y Freedom.

La palabra freedom / libertad proviene del inglés antiguo, que significa “poder de autodeterminación, estado de libre albedrío; emancipación de la esclavitud, liberación”. Hubieron variantes similares en frisón antiguo como “fridom”, el holandés “vrijdom” y el bajo alemán medio “vridom”.

La libertad (freedom) es la condición filosófica y psicológica interna”, En resumen, la libertad (freedom) es inherente al ser humano. Existe dentro de ellos en virtud de su humanidad.

La palabra liberty / libertad proviene del latín “libertatem” (nominativo libertas), que significa “libertad civil o política, condición de hombre libre; ausencia de restricción o permiso “.

“La libertad (liberty) es una condición que surge de la convivencia de personas libres en sociedad. La libertad (liberty) es una condición social. La libertad (liberty) es una construcción política que permite a las personas disfrutar de libertades como los derechos de propiedad, la libertad de expresión, la libertad de asociación, etc.

Lamentablemente, la libertad no ha sido el estado natural de la humanidad . La historia ha demostrado que la libertad, particularmente la del individuo, ha sido una característica distintiva de las sociedades occidentales, especialmente en los primeros años de los Estados Unidos. Freedom vs. Liberty: How Subtle Differences Between These Two Big Ideas Changed Our World

La libertad es uno de los pilares fundamentales del pensamiento liberal y del orden económico de mercado en el que se basa el capitalismo.

Las ideas liberales se remontan al siglo XVII, con las obras de pensadores como Thomas Hobbes y John Locke, aunque el término no fue utilizado sino hasta el siglo XIX. El significado original se refiere a la preponderancia de la libertad individual, en tanto no entre en conflicto con los derechos de otros y el rechazo a todo aquello que trata de menoscabarla. Entre estos derechos está la propiedad privada y los derechos políticos como la libertad de expresión. La base del liberalismo está también en el pensamiento de Lord Acton (1834-1902), quien decía que “La libertad no es el poder de hacer lo que nos gusta, sino el derecho a hacer lo que deberíamos.”

Una definición de liberalismo que cuenta con amplio consenso se publica en Wikipedia:

El liberalismo se identifica como una actitud que propone la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas, fundamentada en el libre albedrío y en el principio de no agresión (vid. Escuela de Salamanca). Promueve, en suma, las libertades civiles y económicas y se opone al absolutismo, al despotismo ilustrado y al conservadurismo. Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de derecho como la democracia representativa y la división de poderes.

Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado sobre tres grandes ideas:​

    1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables, entre ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena libertad, y los derechos a la propiedad y la felicidad. Esto se basa en los tres derechos naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
    2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política deben resultar del consentimiento de las personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera privada de los ciudadanos.
    3. El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a respetar las reglas, impidiendo el ejercicio arbitrario del poder. Wikipedia. Liberalismo.

En los siguientes párrafos, varios autores ilustran esta relación entre libertad y economía.

En términos económicos, el liberalismo se basa en la propiedad privada y en el funcionamiento de la economía de mercado, con una interferencia mínima del Estado, justificable para corregir fallas y proteger los derechos de propiedad, libre comercio y libre contratación.

En resumen, los liberales creen en un orden social espontáneo, próspero, con respeto mutuo, tolerancia, no agresión, cooperación e intercambio voluntario entre personas libres. La mayoría basan esto en los derechos morales básicos de vida de los individuos, libertad y propiedad, protegidos por un sistema de justicia creíble y fuerte. Favorecen la libre expresión, la libre asociación, el imperio de la ley y los límites al gobierno que previenen la violación de las libertades individuales por las autoridades.  Eamonn Butler. 101 Great Liberal Thinkers. 2019.

El sistema que Adam Smith (1723-1790) describe, [el capitalismo de libre mercado] no es creado, sino espontáneo: resultó de las necesidades prácticas que comenzaron con el trueque de los pueblos primitivos, siguieron con formas más elaboradas del comercio, la aparición de la propiedad privada, las leyes y los tribunales, es decir, el Estado, y, sobre todo, de la división del trabajo que disparó la productividad. Este orden espontáneo, como lo llamaría más tarde Hayek, [y que Smith describe como si fuera guiado por una “mano invisible”] tiene a la libertad —a las libertades— como su cimiento: libertad de comercio, de intervenir en el mercado como productor y consumidor en igualdad de condiciones frente a la ley, de firmar contratos, de exportar e importar, de asociarse y formar empresas, etcétera. Los grandes enemigos del mercado libre son los privilegios, el monopolio, los subsidios, los controles, las prohibiciones. Lo espontáneo y natural del sistema se reduce a medida que la sociedad progresa y se crean estructuras legales que regulan el mercado. Ahora bien, siempre que preserven, por lo menos en grandes márgenes, la libertad, el sistema será eficiente y dará resultados positivos. Mario Vargas Llosa. La llamada de la tribu. 2018.

El capitalismo es el sistema económico que se desarrolla en la medida en que las personas son libres de ejercer su derecho a la vida y elegir ejercerlo.

Y en la medida en que la producción depende de la paz y la tranquilidad, del respeto de los derechos individuales, de la libertad limitada del gobierno, de la libertad económica y política, e incluso de la autoestima personal, depende fundamentalmente de la influencia de una filosofía racional del mundo real.

La aplicación, a su vez, de esta visión del individuo a la sociedad y a la política era la doctrina de los derechos individuales inalienables, y del gobierno como existente para ningún otro propósito que asegurar esos derechos, con el fin de dejar al individuo libre para perseguir su propia felicidad. Esto, por supuesto, fue la base de la libertad en el capitalismo. George Reisman en “Capitalism. A Treatise on Economics” (1996)

Tomando la naturaleza humana como funciona en la vida promedio, (Wilhelm Roepke, FA Hayek, Ludwig von Mises y otros) han demostrado que el mercado competitivo y el sistema de precios son la base de cualquier libertad política real que exista o pueda imaginarse que existe…

No soy economista, pero he observado con cuidado los escritos sinceros de estos hombres. No ha habido respuesta, y no veo cómo puede haber una respuesta, a su afirmación de que la humanidad se enfrenta a una elección entre dos y solo dos sistemas económicos, una elección que implica el destino de la civilización democrática. Podemos elegir un sistema en el que la cantidad y el tipo de bienes producidos estén determinados por el mecanismo impersonal del mercado, emitiendo sus decretos en forma de precios fluctuantes. O podemos elegir un sistema en el que esto se determina mediante comandos emitidos por una autoridad personal respaldada por la fuerza armada. … La pregunta es si la economía está mezclada hasta el punto de destruir la función esencial de dirección del mercado, si las regulaciones son un sustituto del mercado o un marco dentro del cual operará, si la intervención es compatible o incompatible con el control general de la economía de todo el pueblo como consumidores de bienes. Esa es la diferencia entre el colectivismo y la economía de mercado. Esa es la alternativa con la que se enfrenta la humanidad. No puedes esquivarlo, rezarlo o esconderte de ti mismo con cortinas de humo de ideas. Es un hecho, no una idea. Tenemos que elegir. Y la elección es entre libertad y tiranía. Max Eastman. Reflections on the Failure of Socialism. 1955.

Desde el punto de vista de la economía, podemos hablar de liberalismo económico, el cual promueve la economía de mercado, basada en la propiedad privada de los medios de producción, es decir, donde la mayoría de decisiones económicas son tomadas por los individuos en lugar de por el Estado. Aunque también puede apoyar la regulación gubernamental hasta cierto punto, tienden a oponerse a la intervención del gobierno en el mercado libre cuando inhibe el libre comercio y la competencia abierta.

Una corriente del liberalismo es el libertarismo, una filosofía política que sostiene que una persona debe ser libre de hacer lo que quiera en la vida, siempre que su conducta sea pacífica. Los libertarios sostienen que el gobierno debería dejarlo solo y su propósito principal es enjuiciar y castigar a las personas antisociales que inician la fuerza contra otros. Los libertarios son escépticos a la idea de que la sociedad obtiene más beneficios que perjuicios del Estado y es frecuente que defiendan la limitación o incluso la eliminación de este último.

Históricamente, el liberalismo económico surgió en respuesta al mercantilismo y al feudalismo. Hoy en día, también se considera opuesto a los sistemas económicos no capitalistas como el socialismo y las economías planificadas. También contrasta con el proteccionismo, debido a su apoyo al libre comercio y a los mercados abiertos.

Más información sobre el concepto de liberalismo se encuentra en Liberalismo y Neoliberalismo.

El libertarismo se diferencia del liberalismo clásico básicamente por su énfasis en la reducción sustantiva del papel del Estado.

En las ciencias políticas el pensamiento libertario puede ser visto como heredero de algunas ideas de las tradiciones intelectuales del liberalismo clásico en mayor medida y del anarquismo filosófico en menor medida, … Las corrientes de pensamiento agrupadas bajo el término libertarismo se fundamentan en principios bastante similares, y si bien los libertarios comparten ideas como el respaldo del derecho de propiedad, la libre asociación, la reivindicación de la desregulación del comercio interno y externo, el pedido de privatización de gran parte de los servicios estatales, y el rechazo a la intervención del Estado en acuerdos privados, existen discrepancias entre libertarios sobre el alcance de sus principios filosóficos. Uno de los debates más conocidos, aunque no el único, trata sobre el alcance del antiestatismo libertario y se da entre los defensores del anarcocapitalismo y del minarquismo laissez faire.

La persona más responsable de popularizar el término «libertario» fue Murray Rothbard, … que consolida definitivamente el significado de esta palabra con la publicación del libro Por una nueva libertad. El manifiesto libertario en 1973.

En la década de 1950, la novelista ruso-estadounidense Ayn Rand desarrolló un sistema filosófico llamado objetivismo, expresado en sus novelas El Manantial y La Rebelión de Atlas, así como otras obras que influyeron en muchos libertarios. Wikipedia. Libertarismo.

A la libertad en sus acepciones fundamentales y al liberalismo se oponen el colectivismo, objetivo del socialismo y el comunismo, que siempre han desembocado en el autoritarismo y el totalitarismo.

La subordinación de los derechos individuales a los intereses de un grupo que pretende ser el intérprete de los derechos colectivos ha conducido a la existencia de los regímenes autoritarios y totalitarios. Los orígenes filosóficos del totalitarismo son tan antiguos como la humanidad, pero es hasta el siglo XVI que toma forma como un cuerpo doctrinario moderno.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), autor de “El Contrato Social”, fue uno de los precursores del totalitarismo del siglo XX, al insistir en la idea del sacrificio de la libertad del individuo por la colectividad; incorporó a la filosofía política conceptos incipientes como el de la  voluntad general (que Kant transformaría en su imperativo categórico) y la alienación.

Charles Edwyn Vaughan, en un estudio sobre la obra de Rousseau, observó que “En sus escritos anteriores afirma la libertad del individuo, pero de un individuo divorciado de toda comunión —no es mucho decir, de toda conexión— con los de su especie. En su obra posterior, invierte el proceso y exalta las pretensiones de la comunidad de la total “aniquilación” de los intereses y derechos individuales.

«Las cláusulas de este contrato», prosigue Rousseau, «están tan completamente determinadas por la naturaleza del acto que la más mínima desviación las haría nulas y sin efecto. … “Estas cláusulas, bien entendidas, se reducen a una sola; Es decir, la entrega total (aliénation totale) de cada asociado con todos sus derechos a la comunidad en general … si luego dejamos de lado todo lo que no es la esencia del contrato, encontraremos que se reduce a los siguientes términos: Cada uno de nosotros se arroja a sí mismo y todos sus poderes al capital social, bajo el control supremo de la voluntad general; y, como cuerpo2, recibimos a cada miembro individual como una parte inseparable del todo.  The Political Writings of Jean Jacques Rousseau, vol. 1 [1915]

Dice Rousseau, en su famosa obra El contrato social, que las cláusulas del contrato «pueden reducirse a una: la total alienación de cada asociado, junto con todos sus derechos, a la totalidad de la comunidad, pues, en primer lugar, en la medida en que cada uno se entrega absolutamente, las condiciones serán iguales para todos, y esto, siendo así, significa que nadie tendrá interés en convertirse en una carga para otros». El mismo Rousseau pensaba que quien no obedeciera a la autoridad debía ser castigado con la muerte porque ella era la voluntad del pueblo. Más aún, según Rousseau, el espíritu completo de la nación podía «residir en una minoría iluminada que ha de actuar para su  ventaja política».Siguiendo estas ideas, Robespierre sintió que estaba legitimado para asesinar a miles, pues él se veía como el iluminado portador de la voz del pueblo. El célebre jurista alemán Georg Jellinek advirtió de las consecuencias de esta doctrina totalitaria con gran claridad. Dice Jellinek:

El contrato social contiene una sola cláusula, esta es, la completa transferencia a la comunidad de todos los derechos del individuo. El individuo no retiene una partícula de sus derechos desde el momento en que entra al Estado. Todo lo que recibe en cuanto a derecho lo obtiene de la voluntad  general, que es el único juez de sus propios límites y no puede ni debe ser restringida por la ley de ningún poder. Incluso la propiedad pertenece al individuo sólo por virtud de concesión estatal. El contrato social hace al Estado el amo de los bienes de sus miembros, quienes mantienen la posesión sólo como fidecomisarios de la propiedad pública.

Según uno de los filósofos más importantes del siglo pasado, Isaiah Berlin, profesor de la Universidad de Oxford, la doctrina según la cual la libertad de las personas se consuma en el Estado fue la de la «servidumbre absoluta», lo que convierte a Rousseau en uno de los «más siniestros y  formidables enemigos de la libertad en toda la historia del pensamiento moderno».

Tal vez no hay lugar en el mundo en que el concepto de «democracia» carezca más de significado que en América Latina, donde, siguiendo la tradición totalitaria de Rousseau, quien pensaba que no  debía haber límites a las decisiones de las mayorías porque el gobernante siempre representaba de manera infalible la «voluntad general» del pueblo, ha servido para expandir el poder del Estado de manera ilimitada. Axel Kaiser y Gloria Álvarez. El engaño populista. 2016.

El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió en “Camino de Servidumbre” hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70 en sus famosas novelas tituladas “Rebelión en la Granja” y “1984” publicadas en 1945 y 1949 respectivamente, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.

En los gobiernos totalitarios, y todos los regímenes fascistas, socialistas o comunistas lo han sido, se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.

…«nada representaba tanto el retorno a la «tribu» como el comunismo, con la negación del individuo como ser soberano y responsable, regresado a la condición de parte de una masa sumisa a los dictados del líder, especie de santón religioso de palabra sagrada, irrefutable como un axioma, que resucitaba las peores formas de la demagogia y el chauvinismo.» Mario Vargas Llosa. La llamada de la tribu. 2018.

Una característica inseparable del Estado omnipotente en los países que sucumbieron a la imposición violenta del socialismo fue el totalitarismo y el autoritarismo.

Para entender estos conceptos consideremos su opuesto: la democracia liberal.

Tomando como punto de apoyo posiciones como las de Popper, Schumpeter, Buchanan y Hayek, no todas las democracias ofrecen las mismas condiciones para un orden social donde prevalezcan las libertades individuales e incluso, el estado de derecho. La redefinición minimalista de la democracia admite incluso regímenes que coaccionen directamente la libertad. Sólo el tipo específico de democracia denominado “democracia liberal” puede sostener la consistencia entre libertad y democracia, cuyos rasgos fundamentales quedan perfectamente sintetizados en lo que Ralf Dahrendorf consideraba que debía estar en el ámbito de lo permitido por una democracia: i) el cambio de los encargados del gobierno a través de procedimientos pacíficos y objetivos, sin conflictos ni violencia; ii) el control permanente a los que ejercen el poder, a través del sistema de pesos y contrapesos y el examen de las normas por parte de los parlamentos y otras instituciones que canalizan la representatividad del pueblo; y iii) la introducción de las demandas, intereses y preferencias en la vida política de los ciudadanos, de manera directa en las elecciones y de manera indirecta mediante las deliberaciones y negociaciones entre sus representantes. Para Dahrendorf, sólo si la democracia se sostiene en un orden liberal, puede cumplir estas funciones.

Efectivamente, la democracia liberal es una forma particular de democracia. Así, aunque estrictamente el término “democracia” sólo se refiere a un sistema de gobierno en que el pueblo ostenta la soberanía, el concepto de “democracia liberal” supone un sistema con las siguientes características:

    1. sufragio universal, materializado en el derecho a elegir y ser elegido en votaciones secretas y elecciones libres para una amplia mayoría de la población, que respaldan el mandato de un poder orientado a satisfacer las necesidades que prioriza la mayoría;
    2. división de poderes del estado – donde por lo menos, los cuerpos ejecutivo y legislativo son elegidos mediante elecciones abiertas y libres – y una constitución que limita estos poderes y controla el funcionamiento del gobierno;
    3. protección de los derechos de propiedad de manera generalizada;
    4. existencia de diversidad de partidos políticos;
    5. libertad de expresión y libertad de prensa, incluyendo el acceso a fuentes de información alternativa a las propias del gobierno;
    6. libertad de asociación;
    7. libertad de modus vivendi en el marco de la ley;
    8. ciudadanos educados e informados acerca de sus derechos y deberes, los cuales son sostenidos en su ejecución por un sistema judicial y coercitivo eficaz;
    9. un marco institucional de protección a las minorías que reconozca la aplicación indivisible e inalienable de los derechos humanos; y
    10. las autoridades elegidas tienen poder y autoridad real para gobernar y no están sujetas a ningún control tutelar de las fuerzas armadas o a los líderes religiosos.

Lo que define a la democracia liberal es democracia basada en la regla de la mayoría con respeto a los derechos para las minorías. Toda democracia liberal debe estar sometida a la ley. Es decir, ser una democracia limitada. Limitada por la ley, que limita, además, el poder del ejercicio del gobierno. Seudónimo: Darío. Totalitarismo Democrático o Democracia Liberal ¿Adónde Apunta Latinoamérica?

Por el contrario, los regímenes totalitarios controlan todos los aspectos de la vida de las personas. Todo está permanentemente vigilado. Se controla la economía, la política, la religión, la cultura, la ciencia, el deporte.

Todo dentro del estado, nada fuera del estado, nada contra el estado“, en las palabras de Mussolini (Gurian, 1978). Zbigniew Brzezinski y Carl Friedrich caracterizaron al estado totalitario como ideología, un partido con un líder omnipotente, una economía controlada por el Estado, un monopolio en todas los formas de comunicación, control sobre el ejército, y un terror organizado de la policía secreta (1965). The Evolution of Totalitarianism,

También, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder, a costa de la libertad del resto.

En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».

El camino a la servidumbre que Hayek describe pasa por la rendición de la libertad individual. Coincidiendo con George Orwell, Hayek se refiere a  “la perversión completa del lenguaje, el cambio de significado de las palabras con las que se expresan los ideales de los nuevos regímenes.

La que más ha sufrido a este respecto es, desde luego, la palabra libertad. Es una palabra que se usa tan desembarazadamente en los Estados totalitarios como en cualquier parte. Aun pudiera casi decirse —y ello debería servirnos como advertencia para ponernos en guardia contra todos los incitadores que nos prometen nuevas libertades por las viejas — que allí donde se destruyó la libertad tal como la entendemos, casi siempre se hizo en nombre de alguna nueva libertad prometida a la gente. … Como la libertad de éstos, la «libertad colectiva» que aquél nos ofrece no es la libertad de los miembros de la sociedad, sino la libertad ilimitada del planificador para hacer con la sociedad lo que se le antoje. Es la confusión de la libertad con el poder, llevada al extremo.

… La tragedia del pensamiento colectivista es que, aun partiendo de considerar suprema a la razón, acaba destruyéndola por desconocer el proceso del que depende su desarrollo.

… . Si hemos fracasado en el primer intento de crear un mundo de hombres libres, tenemos que intentarlo de nuevo. El principio rector que afirma no existir otra política realmente progresiva que la fundada en la libertad del individuo sigue siendo hoy tan verdadero como lo fue en el siglo XIX. Friedrich A. von Hayek. “Camino de servidumbre” (1944)

Concluyendo,

debemos subrayar el nefasto efecto que tendrá el pensamiento de Rousseau sobre las élites políticas, especialmente las de la izquierda marxista: esa idea de actuar en cada momento representando la voluntad general (o el interés general, que no es más que una forma un poco atenuada del mismo) como legitimador de cualquier medida que suponga la violación de la libertad de los individuos, nos ha dejado los casos más terribles de genocidios de la historia y la más larga lista de tiranos que, por compartir un ideal, hayan actuado justificados por una misma excusa: hacer el bien (el mal, en realidad) al pueblo. Eduardo José Ramírez Allo. ¿Cómo ha llegado la izquierda a ser tan penosa como lo es en la actualidad? 

La libertad de pensamiento y de expresión se considera como una de las más importantes de las libertades. En las sociedades democráticas occidentales, la libertad de expresión se considera como el sustento básico de la democracia. Tanto como para que muchos escritores, intelectuales y periodistas se permitieran alabar a regímenes autoritarios, autores de crímenes de lesa humanidad, con total libertad, sin miedo a ser censurados o peor aún, castigados, como sucede con toda voz disidente en los regímenes que ensalzan.

Sin embargo, es una de las más reprimidas en los regímenes autoritarios, una de cuyas características principales es la intolerancia política y religiosa. Los regímenes autoritarios eliminan la libertad de expresión a través de la censura y la vigilancia permanente: Monopolizan la difusión de información imponiendo una visión sesgada de la realidad en todos los ámbitos.

Pero además, desarrollan un sistema de adoctrinamiento ideológico que inicia desde la educación de los niños y continúa durante todo el ciclo educativo. La lealtad política al régimen se mide en gran parte por el lenguaje utilizado y es la medida para tener acceso a los beneficios que pueda otorgar el Estado. El lenguaje disidente es motivo de exclusión y persecución.

La persecución del pensamiento disidente ha dejado de ser hoy una actividad exclusiva del Estado. El adoctrinamiento ideológico es eficiente en lograr una masa importante de personas en las que se ha desarrollado la intolerancia hacia el pensamiento y la expresión de ideas diferentes o críticas, que se encargan de funcionar como policías del pensamiento. En los regímenes autoritarios son los que denuncian ante las autoridades a todo aquel que consideren un disidente para que sea castigado.El incentivo son las dádivas o ventajas que pueden obtener. En las sociedades democráticas, se convierten en los voceros de la intolerancia y la división social usando el acoso y el asedio contra todos los que expresan ideas que difieren de sus creencias. Las redes sociales han potenciado su trabajo.  

Liberté, egalité, fraternité fueron la consigna fundamental de la Revolución Francesa.

Las revoluciones francesa y estadounidense ocurrieron con una diferencia de doce años entre sí, pero se centraron en dos conceptos muy diferentes de libertad individual. Para los franceses, el objetivo era garantizar la igualdad política. Para los estadounidenses, fue la independencia personal. Esta distinción ayuda a arrojar luz sobre lo que hizo que los resultados de las dos revoluciones fueran tan diferentes.

La Revolución Francesa se convirtió en un caos cuando fanáticos revolucionarios como Maximilien Robespierre se convirtió en el jefe de facto del Comité de Seguridad Pública . Bajo la dirección del Comité, Robespierre condujo el infame ” Reinado del Terror ” contra todos los oponentes de la Revolución Francesa. Robespierre se inspiró en parte en Rousseau, afirmando: “Rousseau es el único hombre que, a través de la altura de su alma y la grandeza de su carácter, demostró ser digno del papel de maestro de la humanidad”.

Durante su despótico período de liderazgo, Robespierre llegó a crear un Culto al Ser Supremo, una religión estatal basada en el secularismo. Esto fue parte del programa revolucionario de Robespierre para destruir completamente la tradición católica romana de Francia en la búsqueda de una ambigua “igualdad política” entre las masas. En lugar de intentar luchar por principios basados ​​en la libertad como hicieron los Padres Fundadores, Robespierre estaba más preocupado por destruir todas las características de la sociedad cívica francesa en nombre del progreso.

En un cruel giro de ironía, Robespierre y su Comité de Seguridad Pública se comportaron más como la anterior monarquía francesa una vez que tomaron el control. Por esa razón, la Revolución Francesa se convirtió en una ola de asesinatos caótica que vio a decenas de miles de personas ejecutadas en la guillotina por simplemente oponerse a la visión de Robespierre. Al final, Robespierre probó su propia medicina, cuando la Convención Nacional Francesa lo arrestó y lo condenó a muerte el 28 de julio de 1794.

El camino hacia la estabilidad política en Francia fue bastante accidentado y fue una demostración de que las ideas erróneas sobre la tenue relación del papel del estado en la vida de un individuo pueden ser mortales.

En los Estados Unidos, los Padres Fundadores lucharon, sobre todo, por el restablecimiento de las libertades que disfrutaban como ingleses, usurpadas por el tiránico rey Jorge III. Thomas Jefferson escribió en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos:

Sostenemos como evidentes en sí mismas estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. …”.

La filosofía de Jefferson sostenía que los derechos inalienables de un individuo no se le  otorgan a uno en un documento, sino su Creador (y posteriormente codificados en la Declaración de Derechos “para evitar la interpretación errónea o el abuso de sus poderes”, como se establece en el preámbulo), En otras palabras, un derecho inalienable es otorgado por Dios. No es otorgado por un presidente, un rey o ningún gobierno; de lo contrario, puede ser retirado.

Desafortunadamente, la mayoría de los países de todo el mundo han seguido el ejemplo de gobernanza de Francia frente al modelo estadounidense.

América Latina es posiblemente el mejor ejemplo de esto. Santander y su homólogo Bolívar no compartían la opinión de Jefferson. Juan Bautista Alberdi, uno de los principales pensadores liberales clásicos de América Latina en el siglo XIX, entendió las principales distinciones detrás de las Guerras de Independencia de América Latina y América en su ensayo Omnipotencia del Estado :

Washington y sus contemporáneos estaban más interesados ​​en luchar por los derechos y libertades individuales que en luchar por la independencia de su país. Una vez que lograron lo primero, pudieron lograr lo segundo, a diferencia de los países sudamericanos, que ganaron su independencia política pero no obtuvieron libertades individuales

Bolívar (1783-1830) nació en la aristocracia de Caracas. Fue un producto de la Ilustración y fue fuertemente influenciado por Jean-Jacques Rousseau. Al igual que Robespierre en Francia, Bolívar estaba fascinado con las ideas de Rousseau. En particular, se suscribió al concepto de “voluntad general” de Rousseau, que llamaba a la élite intelectual y educada a identificar qué es lo que es mejor para la gente.

Desde entonces, América Latina experimentaría décadas de inestabilidad política y económica. El despotismo, la inexistencia del estado de derecho y el intervencionismo económico han sido señas de identidad de la política latinoamericana durante el último siglo y medio. Se podría argumentar que esto se debe al hecho de que no existe una base filosófica en el derecho inalienable a la libertad del individuo. Es solo una cuestión de poder. Freedom vs. Liberty: How Subtle Differences Between These Two Big Ideas Changed Our World

El concepto hegeliano de la alienación, usado por Rousseau en su doctrina de subordinar las libertades políticas a la voluntad general representada por el Estado, fue transformado por Karl Marx (1818-1883) en su concepción de la libertad económica.

El significado de la libertad en el marxismo se encuentra en la abolición de la alienación, es decir, de la producción de mercancías, la producción para el mercado. Para Marx y Engels, el mercado representa no solo la arena de la explotación capitalista sino, más fundamentalmente, un insulto sistemático a la dignidad del hombre. A través de él, las consecuencias de la acción del hombre escapan de su control y se vuelven contra él de manera maligna. Por lo tanto, la idea de que los procesos de mercado generan resultados que no eran parte de la intención de nadie se convierte, para el marxismo, en la razón misma para condenarlos. Como Marx escribió sobre la etapa de la sociedad comunista antes de la desaparición total de la escasez,

La libertad en este campo puede consistir solo en el hombre socializado, los productores asociados, que regulan racionalmente su intercambio con la Naturaleza, poniéndolo bajo su control común, en lugar de ser gobernado por él como por las fuerzas ciegas de la Naturaleza.

El punto es más claro con Engels:

“Con la toma de los medios de producción por parte de la sociedad, la producción de mercancías se elimina y, con ello, el dominio del producto sobre los productores. La anarquía de la producción social es reemplazada por una organización consciente según el plan. Toda la esfera de las condiciones de vida que rodean a los hombres, que hasta ahora gobernaban a los hombres, queda bajo el dominio y el control consciente de los hombres, que se convierten por primera vez en verdaderos y conscientes señores de la naturaleza, porque y en eso se vuelven dueños de su propia organización social. Las leyes de su propia actividad social, que las confrontaba hasta este punto como leyes extrañas de la naturaleza, que las controlan, luego son aplicadas por hombres con plena comprensión, y así las dominan. Solo a partir de entonces los hombres harán su historia ellos mismos con plena conciencia; solo a partir de entonces tendrán las causas sociales que pusieron en marcha en la proporción principal y en constante aumento, también los resultados que pretenden. Es el salto de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad.” 6

Así, la libertad del hombre se expresaría en el control total ejercido por los productores asociados en la planificación de la economía y, con ello, toda la vida social. Las consecuencias no intencionadas de las acciones del hombre ya no traerían desastre y desesperación, no habría tales consecuencias. “El hombre” determinaría su propio destino. No se explicó cómo millones y millones de personas separadas podrían actuar con una sola mente y una voluntad, cómo de repente podría convertirse en “el hombre”, especialmente porque se alegaba que el estado, el motor indispensable de la coerción, se marchitaría.

Ya en los días de Marx y Engels, décadas antes del establecimiento del estado soviético, había algunos con una idea astuta de quién era el que asumiría el papel principal cuando llegara el momento de realizar el heroico melodrama El hombre crea su propio destino. El más famoso de los primeros críticos de Marx fue el anarquista ruso Michael Bakunin, para quien Marx era “el Bismarck del socialismo” y advirtió que el marxismo era una doctrina ideal para funcionar como la ideología, —en el sentido marxista: la racionalización sistemática y la ofuscación —de los impulsos de poder de los intelectuales revolucionarios. Bakunin advirtió que conduciría a la creación de “una nueva clase”, que establecería “el más aristocrático, despótico, arrogante y despectivo de todos los regímenes” 7. y afianzar su control sobre las clases productoras de la sociedad. El análisis de Bakunin fue extendido y elaborado por el polaco Waclaw Machajski. Ralph Raico. Marxist Dreams and Soviet Realities.

La realidad demostró que Bakunin tenía razón, que para que las mayorías consiguieran igualdad económica debía ser sacrificada su libertad, otorgando (o sufriendo forzadamente el) poder al Estado para privar a unos del fruto de su trabajo para entregarlo a otros. Pero aún ese ideal de igualdad tampoco fue cumplido. En los países que implantaron las ideas de Marx, para llegar al “Reino de la Libertad” o la “Sociedad de los Libres e Iguales”, una nueva clase minoritaria goza de privilegios económicos y políticos negados a las mayorías cuya condición se asemeja a la de los siervos o esclavos.

Los estados que implantaron el socialismo han sido, y lo siguen siendo donde aún tienen el poder, estados policíacos que restringen las libertades personales y los derechos humanos y reprimen sin miramientos cualquier disidencia u opinión diferente a los dogmas revolucionarios; dogmas y mitos difundidos a través de la educación obligatoria, el adoctrinamiento, en las escuelas y universidades para crear el “hombre nuevo”, de modo que con el cerebro lavado por el adoctrinamiento desde la infancia y libres de la ideología “burguesa”, las personas se convirtieron en entusiastas fanáticos que aplaudieran los dictados del partido, o al menos en dóciles y obedientes, pusilánimes o resignados ciudadanos incapaces de desafiar el poder. Cuba, Corea del Norte son el ejemplo viviente y aún China y Vietnam, con economías mixtas pero regímenes políticos comunistas.

En el pasado, promotores efectivos de la libertad, como Ronald Reagan, han enfatizado que el caso de la libertad económica es más espiritual que material: “Los socialistas ignoran el lado del hombre que es el espíritu. Pueden proporcionarle refugio, llenar su barriga con tocino y frijoles, tratarlo cuando esté enfermo, todo lo garantizado para un prisionero o un esclavo. No entienden que también soñamos”. El argumento de Reagan sigue siendo una potente condena de las quimeras de la izquierda.

Lo que la historia ha demostrado es que ha habido una mayor libertad humana, una mayor prosperidad humana y una mayor paz y tranquilidad humanas durante los momentos en que las ideas de libertad individual, mercados libres y gobierno limitado han prevalecido y se han instituido en la sociedad. Cuanto mayor es el grado de control, intervención y coerción del gobierno en la sociedad, menos han existido y florecido estas cosas.

La tarea no es estar en el mítico “lado correcto de la historia”, sino hacer que la historia refleje el triunfo y el éxito de la idea y los ideales de la libertad humana. Pero esto no sucede solo. Requiere que cada uno de nosotros comprenda el significado, el valor y la importancia de la libertad en ese sentido liberal y libertario clásico, y que estemos dispuestos a defenderla y promoverla entre nuestros semejantes. Eso es lo que haría historia. Richard M. Ebeling. Karl Marx’s Ideas and Errors About Capitalism and Markets

Hoy, la evidencia estadística muestra la importancia que para un país tiene la libertad económica para lograr el desarrollo sostenible.

Existe una asociación positiva entre niveles crecientes de libertad económica y tasas de crecimiento económico promedio más altas. Aún más, la libertad económica también se asocia positivamente con tasas más altas de alfabetización, mayor matrícula escolar, menor mortalidad infantil y una mayor esperanza de vida.

… En el Índice de Libertad Económica, los componentes más débiles de la libertad económica en la región (América Latina) fueron la protección débil de los derechos de propiedad, las percepciones generalizadas de la corrupción del sector público, la protección inadecuada para los inversores, la considerable interferencia del gobierno en el sistema financiero, las reglas rígidas e inflexibles impuestas por el gobierno sobre el mercado laboral y demasiada intromisión del estado en la gestión de empresas privadas. James Roberts. «Economic Freedom: The Only Way for Latin America to Escape Its Slow-Growth Path «. 2016.

En particular, para la mayoría de los países latinoamericanos, una cultura de corrupción frena la inversión y el crecimiento del empleo, y la mala calidad del entorno regulatorio frena el espíritu empresarial. Estas, entonces, son las áreas más importantes para la reforma en un país típico de las Américas”. Índice de Libertad Económica.

Por otro lado, según el Informe Mundial de la Felicidad, los países que mejoran el compromiso cívico al hacer que su gobierno sea más representativo serán más felices. Y un gobierno representativo implica libertad de elegir.

Combatir la corrupción, evitar conflictos civiles y mejorar los servicios públicos básicos afectan la felicidad de los habitantes, sin embargo hay que permitir que las personas disfruten de la libertad personal.
«El dinero ayuda, pero no te compra la felicidad», concluye el informe. ¿Qué es el índice de la felicidad?

Es aleccionador el hecho de que el totalitarismo, en sus vertientes fascista y comunista, no pudo echar raíces en sociedades con un arraigado aprecio de la libertad individual, como tampoco pudo el autoritarismo y la dictadura.

En el caso de América Latina, el factor cultural, valores y actitudes que se interponen en el camino del progreso, ha tenido un peso determinante en su desarrollo económico y social. Los pueblos latinoamericanos, acostumbrados desde antes de la Colonia al autoritarismo y al poder discrecional de los gobernantes, y luego a la visión mercantilista de suma cero de la economía, al incipiente desarrollo del mercado, a la prevalencia de estructuras económicas oligárquicas, corporativistas y corruptas, y un nivel muy bajo de educación en las mayorías, fue presa fácil de los cantos de sirena de líderes políticos que les prometían el cielo en la tierra, para lo cual en muchos casos vendieron sus libertades a cambio de dádivas y de la protección de dictadores y Estados “benefactores”.

Así surgieron y se impusieron por mucho tiempo las dictaduras de izquierda y derecha que asolaron el continente en el siglo XX, regresando de nuevo más recientemente con las dictaduras y regímenes populistas del autonombrado “Socialismo del siglo XXI”.

Es evidente entonces, que el pensamiento autoritario no es exclusivo de la izquierda. En el transcurso del siglo XX hubo varias dictaduras de derecha y estas limitaron las libertades políticas, especialmente la libertad de elegir, la libre expresión y la libertad de asociación. Su caracterización como “de derecha” se debe a que no limitaron la libertad económica, la que las dictaduras de izquierda sí limitan junto a las anteriores. Ambas, dictaduras de izquierda y derecha, tienen en común la imposición de la voluntad del Estado por sobre la voluntad de los individuos, una característica compartida con el fascismo.

De lo anterior puede concluirse entonces que una característica de la derecha es respetar las libertades económicas individuales mientras que la izquierda las limita o las anula para imponer o promover el colectivismo.

Como toda imposición coactiva, la imposición del colectivismo por el Estado como medio para alcanzar la igualdad social, estuvo y está siempre destinada a fracasar, en cuanto niega a las personas una de las libertades fundamentales: la libertad económica.

No en vano, renombrados economistas reconocen que el sistema de mercado y la libertad de los individuos para elegir qué producir, cómo producir y para quién producir es el único que ha podido crear riqueza y elevar el nivel de vida de las personas.

Por el contrario, los regímenes que implantaron el socialismo, el comunismo y otras formas de colectivismo y que derogaron la libertad económica de los individuos fracasaron en mejorar el nivel de vida de sus pueblos.

…”.soy liberal precisamente porque me interesa eliminar la pobreza del Tercer Mundo. Además de creer firmemente que la libertad de los individuos es el valor sobre el que deben fundamentarse la sociedad y la economía (la palabra liberal tiene el mismo origen etimológico que la palabra libertad), estoy profundamente convencido de que la libertad de elección individual dentro de la economía de mercado es un gran mecanismo, quizá el mejor mecanismo que jamás haya inventado el hombre, para crear riqueza y bienestar. Y la historia nos lo demuestra. Tal como dice el economista americano Paul Krugman, «el espíritu mercantil y el afán de lucro han hecho más para un gran número de gente pobre que toda la ayuda humanitaria y todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del mundo a la vez».”  Xavier Sala i Martin. Economía liberal para no economistas y no liberales (2001)

Arturo J. Solórzano
Agosto de 2020

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